Mari, diosa vasca
Personificación de la madre tierra, es reina de la naturaleza y de todos los elementos que la componen. Tiene su estancia en el interior de la tierra; accede al exterior por cuevas y simas. Dicen haberla visto en varias puertas y profundidades de cuevas, en Amboto, Txindoki o Murumendi, aunque su morada principal se sitúa en la cueva ubicada en la impresionante pared vertical este del Amboto, justo bajo la cumbre.
En estas cuevas recibe a sus fieles. De esas aberturas, además, salen las brumas, nubes, pedriscos y vientos que determinarán el tiempo atmosférico. Cuando está en su morada de Amboto, la cumbre está entre nubes; esto es la manifestación de su presencia. Por otra parte, además de ser garante de la verdad y del bien hacer -llevadora del no-, Mari es cuidadora de la cosecha, pues rige el tiempo atmosférico.
A LA PUERTA DE SU CUEVA, PEINABA MARI SU LARGA CABELLERA RUBIA CON PEINES DE ORO Y HASTA EL LUGAR DESPLAZABAN LAS SORGINAK (BRUJAS) PARA REALIZAR LOS FAMOSOS AKELARRES EN HONOR DE AKERBELTZ, UN MACHO CABRIO QUE ALGUNOS RELACIONAN CON EL DIABLO…
Otoño, nubes bajas, chimenea, buena compañía, xirimiri, El Amboto, el sonido de la Berrea, akelarres, Vino y buena comida, Mari.
Todo aquí en Goikomaia, ven.